dissabte, 13 de maig del 2017

Tokio Blues - Haruki Murakami




Título: Tokio Blues, Norwegian Wood 

Autor: Haruki Murakami.

Fecha de publicación 1987. 

Traducción del japonés: Lourdes Porta. 

Editorial: MAxi Tusquets Editores

1.ª Edición: colección Andanzas junio 2005

24.ª Edición: Coleción Maxi: Septiembre 2011

ISBN: 978-84-8383-504-3




Quiero empezar a hablaros de este libro antes incluso de haberlo acabado y lo quiero hacer con una fase de su autor:


«Si sólo lees libros que todos leen, solo puedes pensar lo que todos están pensando»
 

Como ésta, Murakami tiene miles de frases. Internet está repleta de ellas. Ésta en concreto te lleva a pensar que Murakami es diferente; que si lees a Murakami serás distinto al resto.

En ciertos aspectos Murakami es diferente. Aunque entre sus páginas no te vas a encontrar un clàsico de literatura japonesa y sí un japonés que encaja como autor de “Best Sellers” al modo occidental.
Así pues, Murakami es un producto. 


Aún no he acabado Tokio Blues pero quiero empezar a hablar de él porque cuando leo la novela se crea alrededor de mi cabeza un ambiente especial. Aún estoy tratando de entender lo que me provoca su lectura y qué tipo de ambiente es ese que se crea.

Lo cierto es que esta sensación que siento no tiene matices, va de un extremo a otro.

No porqué la obra sea trepidante, más bien al contrario; Tokio Blues avanza en un ambiente denso, descriptivo, lluvioso y agonizante pero que lees porque la prosa viene envuelta en papel de regalo. No se, si se trata de una novela para "Emos" o para adultos solitarios. Su ritmo lento e hipnótico hechiza al lector. La profundidad psicológica de algunos personajes, fascina pero en conjunto nunca llegas a ningún clímax.
Quiero hacer una mención aparte del primer capítulo, sobre el que estuve trabajando, que me marcó profundamente y del que proximamente colgaré una adaptación del mismo en la sección de La Biblioteca de Lymus en catalàn. Su estructura, la técnica con en la que iba introduciendo los personajes en la historia y el final del mismo hicieron que lo encontrase genial. ¡El primer capítulo es extraordinario! Creo que es lo mejor del libro. El resto fluye como un rio sereno de aguas tranquilas, haciendo meandros sin sobresaltos entre personajes depresivos, promíscuos y mentalmente derrotados.

Lo que sí que he de destacar, y que en mi opinión desmerece la obra, es que, a lo largo de sus páginas, el autor trata el sexo de una manera tan recurrente y obsesiva que lo convierte en algo postizo y poco natural. Una lectura entrelíneas, muestra la idea de que la mujer está para complacer sexualmente al hombre, por lo cual, además de postizo y poco natural,  me parece enfermizo.


Pero con todo, en conjunto, la descripción de los escenarios mendiante la cual Murakami convierte tu cabeza en la sala de proyección de una película con trazas de veracidad, ha conseguido mantener en mí el interés y sigo navegando por las pàginas esperando llegar al mar.


Nota sobre 5: 2.5.


El autor:
Haruki Murakami (Kioto, 1949) es uno de los pocos autores japoneses que han dado el salto de escritor de prestigio a autor con grandes ventas en todo el mundo. Ha recibido numerosos premios, entre ellos el Noma, el Tanizaki, el Yomiuri, el Franz Kafka o el Jerusalem Prize, y su nombre suena reiteradamente como candidato al Nobel de Literatura. En España, ha merecido el Premio Arcebispo Juan de San Clemente, la Orden de las Artes y las Letras, concedida por el Gobierno español, y el Premi Internacional Catalunya 2011. Tusquets Editores ha publicado dieciocho de sus obras: doce novelas —entre ellas la aclamada Tokio blues. Norwegian Wood y Los años de peregrinación del chico sin color—, y las personalísimas obras De qué hablo cuando hablo de correr, Underground, y De qué hablo cuando hablo de escribir, así como cuatro volúmenes de relatos: Sauce ciego, mujer dormida, Después del terremoto, Hombres sin mujeres y El elefante desaparece.
 


Qui és Lymus

¿Quién soy?

 Napoleón es un cuento. Según como se mi re , un cuento pue de ser la vida de cualquier ser humano. Solo hay q ue  querer con tarla . ...