dimarts, 11 de juny del 2019

El patriota ingenioso - Ambrose Bierce





Divertit conte molt curt amb una lliçó al final: Si s’estira molt de la corda aquesta acaba per trencar-se.

 

Nota 3/5

 

El patriota ingenioso

(1842-1914?)


Después de haber obtenido una audiencia con el Rey, un Patriota Ingenioso sacó un papel del bolsillo y dijo:
   Dios bendiga a Su Majestad. Aquí tengo una fórmula para construir una armadura blindada que ningún cañón podrá perforar. Si esta armadura es adoptada por la Armada Real nuestras naves de guerra serán invulnerables y por ende invencibles. Aquí también están los informes de los Ministros de Su Majestad atestiguando los méritos de la invención. Cederé lo derechos sobre ella por un millón de tumtums.
Después de examinar los papeles, el Rey los hizo a un lado y le prometió una orden para el Ministro Tesorero del Departamento de Extorsión por un millón de tumtums.
    Y aquí — dijo el Patriota Ingenioso, sacando otro papel de otro bolsillo— están los planos de un cañón que he inventado que puede perforar esa armadura. El hermano real de Su Majestad, el Emperador de Bang, está ansioso por adquirirlo, pero mi lealtad hacia el trono de Su Majestad y hacia su persona me obligan a ofrecerlo a Su Majestad. El precio es de un millón de tumtums.
Después de recibir la promesa de otra letra introdujo la mano en un bolsillo diferente a los dos anteriores y remarcó:
    El precio del cañón irresistible debió haber sido mucho mayor, Su Majestad, pero el hecho es que los misiles pueden ser tan efectivamente desviados por mi nuevo método de tratar las armaduras blindadas con…
El Rey indicó al Gran Factotum que se aproximara.
    Revisa a este hombre —le dijo y dime cuántos bolsillos tiene.
     Cuarenta y tres, señor — dijo el Gran Factotum, completando su escrutinio.
    Dios bendiga a Su Majestad gritó el Patriota Ingenioso, aterrorizado—. Uno de ellos contiene tabaco.
    Sosténganlo por los tobillos y sacúdanlo —ordenó el Rey—, luego denle una orden por cuarenta y dos millones de tumtums y mándenlo a decapitar. Emitamos un decreto castigando la ingeniosidad con la pena capital.

FIN

Yo, Julia - Santiago Posteguillo



Título: Yo Julia
Premio Planeta 2018

Autor: Santiago Posteguillo

Editorial: Planeta
 
ISBN: 9788408197409

Páginas 654 + mapas y árboles genealógicos

Idioma: Castellano


Resumen
192d.C. Varios hombres luchan por un imperio, pero Julia, hija de reyes, madre de césares y esposa de emperador, piensa en algo más grande: una dinastía. Roma está bajo el control de Cómodo, un emperador loco. El Senado se conjura para terminar con el tirano y los gobernadores militares más poderosos podrían dar un golpe de Estado. Albino es Britania, Severo en el Danubio o Nigro en Siria. Cómodo retiene a su esposa para evitar su rebelión y Julia, la mujer de Severo, se convierte así en rehén. De pronto, Roma arde. Un incendio asola la ciudad. ¿Es un desastre o una oportunidad? Cinco hombres se disponen a luchar a muerte por el poder. Creen que la partida está a punto de empezar. Pero para Julia la partida está a punto de empezar. Sabe que solo una mujer puede forjar una dinastía. 


Impresiones:

Fantástica novela, transgresora y didáctica, sí. Habla de una mujer, forjadora de dinastías, una gran olvidada de la historia, como tantas otras. Es eso, pero para mí gusto, (¿y quién soy yo si no un lector sencillo?) No es la maravilla que esperaba encontrar en un Premio Planeta. Maravillas que encuentro en los Pulitzer, (Open de Moehringer, La Conjura delos necios, J.K. Toole) o en obras que ni siquiera han sido premiadas.

 La prosa me pareció estar siempre al servicio de la historia, sin artificios, eso sí, especial y fabulosa por la enorme aportación histórica en forma de datos, latinismos que la hace tornarse en una fotografía veraz  de la época que retrata. Aunque al recordarla ahora, la visualizo, en cuanto a prosa se refiere, demasiado sencilla; plana. 
En cuanto a los personajes, a pesar de que Julia Domna es la protagonista, su figura está a menudo eclipsada por la personalidad de su esposo, Severo, que comparte protagonismo con ella en aquella sociedad patriarcal que fue la romana. Sensación quizás suavizada por la presencia de la esposa de Albino, el gobernador de Britania y la pugna por el poder que protagonizan ambas. Quiero decir con ello que al autor masculino, suele serle más sencillo escribir sobre el género al cual pertenece y no he encontrado la profundidad que esperaba de los personajes femeninos. Sobre todo cuando se pretende realzar y, por qué no, rendir homenaje a una gran mujer y, por analogías, también a las grandes mujeres que a lo largo de la historia han estado cerca del poder pero siempre a la sombra
En resumen; se trasluce que detrás de Yo, Julia hay una labor enorme de documentación sobre la Roma de la segunda centuria después de Cristo. Un trabajo descomunal innegable.  

Personalmente sentía curiosidad por cómo una obra se alzaba con un premio tan prestigioso como el Planeta. El resultado ha sido neutro y a pesar de que en efecto, es una obra que reviste un claro interés didáctico, no encontré la chispa que hay en las novelas de, por ejemplo, Almudena Grandes, por citar un autor y un texto de longitud similar. (Como dato, actualmente me encuentro leyendo a dicha autora y este hecho sin duda agudiza el contraste entre ambas novelas). Almudena consigue atrapar al lector por la grandeza de sus tramas y sobretodo la complejidad psicológica de sus personajes; en el caso de Los pacientes del doctor García, protagonistas masculinos, siendo la autora femenina. Pero, ¿quién soy yo si no un lector sencillo? 

Tardé cinco meses en terminar la lectura. Leía despacio, y la alternaba con otras novelas. En ella encontré, un comienzo lento que toma inercia y acaba en un final trepidante, aunque perfectamente predecible desde el comienzo. Recomendable si se quiere conocer sobre historia clásica, la romana en concreto y la figura de Julia Domna en particular.

NOTA: 2.5/5





Qui és Lymus

¿Quién soy?

 Napoleón es un cuento. Según como se mi re , un cuento pue de ser la vida de cualquier ser humano. Solo hay q ue  querer con tarla . ...