- Titulo: El silencio de la ciudad blanca
- Autora: Eva García Sáez de Urruti
- Nº de páginas: 480 págs.
- Encuadernación: Tapa dura
- Editorial: PLANETA
- Lengua: CASTELLANO
- ISBN: 9788408154167
La
obra:
Tasio
Ortiz de Zárate, el brillante arqueólogo condenado por los
asesinatos que aterrorizan Vitoria hace dos décadas, está a punto
de salir de prisión cuando los crímenes se reanudan. En la Catedral
Vieja, una pareja de veinte años aparece muerta por picaduras de
abeja en la garganta. Pero solo serán los primeros.
Unai
López de Ayala, un joven experto en perfiles criminales, está
obsesionado con prevenir los asesinatos, una tragedia personal no le
permite encararlos como uno más. Sus métodos enervan a Alba, la
subcomisaria,con la que mantiene una ambigua relación marcada por
los crímenes..., pero el tiempo corre en su contra y la amenaza
acecha en cualquier esquina. ¿Quien será el
siguiente?
Impresiones:
Escribí
mentalmente esta reseña tras cerrar las tapas del libro y apagar la
luz de la mesita de noche. De madrugada daba vueltas en la cama y las
sábanas se enredaban en mis piernas como la trama de la
novela.
Confieso
que no suelo leer novela negra policíaca. Hacía por tanto siglos
que no “seguía un caso”.
Por
este motivo no tenía grandes expectativas, cuando empecé a
leer El silencio de la ciudad blanca ¡ni tan siquiera me sabía el título
del libro! Aun así, al principio avanzaba por sus páginas, con
curiosidad. Puede
que me fascinara la extraña simetría de los acontecimientos, de los
nombres...
Al principio, al preguntarme qué me parecía el regalo que me trajeron para el día
del libro, yo respondía que estaba bien, enganchaba, pero que para mi gusto le
faltaba alguna cosa. Les decía que era un buen libro para leer en
la sala de espera, o en el tren...o como dice Garciela Pisiani en una
de las solapas: para abrirlo incluso cuando sabes que solo tienes
diez minutos para leer. Pero, y esta es la grandeza de esta original
historia: que te pica con suavidad al principio y en los
primeros compases nunca sospechas lo que te espera... la
curiosidad es intrínseca en el ser humano y, si una obra esta bien
escrita, como es el caso, sigues leyendo.
Anoche
la terminé. En dos días me había leído la mitad del libro y es
que llega un punto en el que la trama se enreda sobre sí misma como
una pitón gigantesca. Entonces te atrapa su abrazo de serpiente. La
intriga va in crecendo, el suspense se entremezcla con las
sorpresas, los giros inesperados y para cuando quieres darte cuenta
estás pasando las noches en blanco. Atrapado por la prosa de Eva G.ª
Sáez de Urruti.
En cuanto al estilo, este es directo, sin rodeos y los personajes vivos, muy vivos. Estos, los que lo están, porqué los muertos... ¡Han sido asesinados de manera muy creible!
Por
Dios, Eva, ¡me has tenido en vilo!
Al
final del libro hay unos agradecimientos, y quiero resaltar en el blog este punto ( debe de haber centenares de blogs en internet diseccionando la novela; sus escenarios, su ritmo, sus figuras literarias...) que por su naturaleza me han marcado profundamente. Así que me voy a centrar en ellos:
Cuando aún
estás jadeando por la aventura pasada, la autora escribe uno de los mejores agradecimientos que nunca he leído. Lo hace empezando por traer las
palabras de Steve Jobs, el que fuese cofundador de Apple, en su
famoso discurso de Stanford y en el que dijo que a veces miramos
hacia atrás y vemos claramente que se pueden unir los puntos que nos
han llevado hasta el presente.
Esta
frase resume, a mi entender, lo que acabo de leer. La autora ha unido
una constelación de puntos para dar forma a una obra de trama muy
compleja, sin grietas ni cabos sueltos.
Leer
El silencio de la ciudad blanca ha sido como presenciar un castillo
de fuegos artificiales, como presenciar una mascletà, en la que
al final estalla la traca final. Los valencianos saben bien de que
hablo...
Ha
sido delicioso...
Luego,
después de haber dormido, frente a mí ha quedado el recuerdo de su
lectura, como si una ola gigantesca hubiese roto con estruendo sobre
una playa y se hubiese retirado dejando un desierto de arena lisa,
dura y compacta... y el mar, a mi lado, que puedo ver, con las tapas
ya cerradas descansando sobre la mesita, ruge a lo lejos recordándome
que se pueden escribir grandísimas historias con tramas
complejísimas ¡Que nada hay imposible!
Es dificil imaginar el volumen de información y documentos que habrá manejado la autora para escribir una historia tan creible.
También,
y volviendo a los agradecimientos, estremece el homenaje que le hace
la autora a Rufino Sáez de Urruti López, su abuelo, a quien presta
al protagonista dando una
dimensión autobiográfica a la novela y, por último, a su
padre, Eveli García
Castaños.
Al respecto escribe Eva: porque mientras yo siga escribiendo novelas, él nunca se habrá ido del todo. Ha quedado su legado, lo más valioso para mí: el amor por la literatura que me inculcó.
Emocionado
cerré las tapas y la luz para digerir esta última frase del
libro.
Sin
duda voy a seguir leyendo la segunda parte de la trilogía de la
ciudad blanca, "Los Ritos del Agua” y aprovecho ya estas
líneas para reservarla a mi Liberia habitual, que sigue este
blog.
Recomiendo pues su lectura.
¡Un 5 de 5!
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